El amor de El Pali hacia Consolación de Utrera en tres históricas sevillanas

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Junto a una gran amalgama de artistas, podemos destacar al sevillano Francisco Palacios Ortega "El Pali" quien dedicó algunos de los versos más conocidos a nuestra patrona y que han pasado al cancionero popular de nuestra Virgen de Consolación.

Que Utrera sea cuna de grandes artistas del flamenco, ha propiciado que "la del barquito en la mano", protagonice muchas letras y aparezca referenciada en otras tanta, hasta en el flamenco pop más reciente, como cantaba en la tarde del martes Juanlu Montoya "del color de la hoja del verde limón, tiene el manto la Virgen de Consolación", haciendo alusión a la letrilla popular incluida en su tema "Popurrí de Utrera".

Consolación, ha sido fuente de inspiración para muchos letristas, desde los hermanos Álvarez Quintero que escribirían sin saberlo lo que más tarde sería la "zambra de Consolación", de la que hablaremos en otro artículo, hasta las adaptaciones de letrillas rocieras propiciadas para acompañar a la Virgen en las últimas venidas a Utrera, no obstante, a este rosario de canciones, hay que incluir las numerosas coplillas que se compusieron en 2007 para el disco Cantes y Plegaria a Consolación de Utrera, en el que participaron artistas de la talla de Los del Río, Pascual González y Cantores de Híspalis o nuestro querido y recordado Tate Montoya.

Junto a esta amalgama de artistas, podríamos destacar al sevillano Francisco Palacios Ortega "El Pali" quien dedicó algunos de los versos más conocidos a nuestra patrona y que han pasado al cancionero popular de nuestra Virgen de Consolación.

El Pali, también conocido como "El Trovador de Sevilla", fue uno de los más populares compositores e intérpretes de sevillanas de la segunda mitad del siglo XX grabando más de 20 discos​ y escribiendo más de 200 canciones de las que, por motivos más que razonables, en este reportaje, nos centraremos en tres sevillanas que muestran una verdadera historia de amor de El trovador de Sevilla hacia la Virgen de Consolación.
La más popular y conocida es "La Virgen de Consolación" una sevillana grabada en 1974 con música de Federico Alonso Pernía

Cronológicamente, debemos hablar en primer lugar de la más popular y conocida, versionada por numerosos artistas y utreranos en general. "La Virgen de Consolación" es una sevillana grabada en 1974 en la que con música de Federico Alonso Pernía, nuestro protagonista, contaba los distintos aspectos de la devoción de la Virgen y detalles de la propia ciudad.

Resuena con especial "ahínco" ese "quisiera dormir la siesta, en colchón de mostachones" que se presenta en la tercera letrilla, en la que el artista imagina el ambiente onírico de la habitación "utrerana" coronada por el cuadro de la Virgen de Consolación. En definitiva, una de las sevillanas que mejor describe la idiosincracia de esta devoción y en la que tanto letrista como músico demuestran su maestría para componer una de las sevillanas más populares y conocidas de la Virgen de Consolación

Esta relación del artista con la Virgen, se ve reflejada en el compromiso con todo lo que acontecía entorno a la Patrona de Utrera, tanto es así que cuando en octubre de 1979 robaron al Niño de la Virgen de Consolación, el Pali se concienció en representar la preocupación, el dolor y la rabia de Utrera, ante el acontecimiento. La historia se extendió hasta el 23 de julio de 1980 cuando en un zaguán de la calle Doctor Pastor, aparecería en una bolsa de basuras el Divino Niño.

La sevillana en cuestión, titulada "El llanto de Utrera", fue compuesta por el Pali con música del ya citado Federico Alonso y publicada en 1981, una vez cerrada la historia, por lo que a pesar de contar la angustia del pueblo de utrera, concluye con un brillante desenlace, haciendo que su ultimo estribillo rompa en un agradecimiento a aquella noche del 23 de julio con un sonoro "Demos gracias a la noche, demos gracias a la luna, a los astros y las estrellas, que el Niño juega de nuevo, con su barquito de vela"

Como epílogo de esta trilogía de sevillanas, en el año 1986 compuso "Consolación Marinera", con una música en tono mayor, más alegre y en la que el Pali deseaba un "río de mostachones" para navegar en el velero de la Patrona.

Esta última pieza, hace mención a la vinculación de la Virgen de Consolación de Utrera con el mar pese a ser una ciudad mar ni río. Lo curioso es que no es hasta el primer estribillo cuando nos damos cuenta que ciertamente está dedicada a Consolación de Utrera, tras él, la mención a Utrera y a la Patrona la Virgen de Consolación, se hace más frecuente.


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