¿Por qué se conoce popularmente a la Hermandad de la Vera-Cruz como El Santo Entierro?

 

Esta es una pregunta muy dada en la sociedad cofrade utrerana. Sí hacemos un ejercicio de pensamiento, no hay una razón clara por la que denominar popularmente a nuestra hermandad como “el Santo Entierro”, cuando Vera+Cruz era la principal de esta archicofradía pero, una vez más, la respuesta está en la historia.

Echando la vista unos siglos atrás, como sabemos, nuestra hermandad es una conjunción de sies hermandades que en diversos momentos de la historia se unieron en una. Esto aparece reseñado en la Historia de la Hermandad que puede consultarse en la página web de la misma, así como en otras publicaciones de Antonio Cabrera Rodríguez.

Tras las uniones de la Santa Columna, San Sebastián, la Purísima Concepción y San Diego, otra de las hermandades que se anexó a la Vera Cruz fue, como todos sabéis, la del Santo Entierro (fundada el 2 de julio de 1892).

Esta, apenas llevaba 2 años de vida cuando plantearon en su seno fusionarse con la Vera Cruz y ser una sola hermandad. Produciéndose los primeros contactos de esta fusión en el año 1896, no sería eficaz dicha unión hasta el año 1917. Esto se produce debido a que en ese mismo año, se aprueban nuevas reglas que se llevan a Sevilla, concediéndose el 21 de septiembre de ese año. En dicho encuentro del representante de la Hermandad con el arzobispado de Sevilla, descubren que dicha fusión con la hermandad del Santo Entierro aún no es efectiva en los papeles por carecer de ciertas formalidades en los trámites anteriores. Por lo que, curiosidades de la historia, desde ese año “extraoficialmente”, estamos fusionados con el Santo Entierro.

Pero, no obstante, a mi modesto entender, esta no es la causa del porqué nos llamaban hasta hace poco “el Santo Entierro”.

  La causa posiblemente viene determinada por el devenir que toma la hermandad a partir de 1895, en el que en el capítulo 18 de las reglas de este año se disponía sobre la obligación de los hermanos de vestir de nazareno el Jueves y Viernes Santo (por aquel entonces, el Sábado Santo era de Gloria y la hermandad radicaba en la capilla de la Santísima Trinidad de la antigua calle La Fuente). Es decir, que tenía dos días de salidas:

El Jueves santo por la tarde con la imagen del Señor Atado a la Columna y la Virgen de los Dolores, y el Viernes Santo con el Santo Sepulcro y la Virgen de los Dolores nuevamente, aunque en las actas de la Hermandad existen años donde no se procesiona por malas condiciones económicas.

En otros años, la hermandad procesionaba un mismo día, con las tres imágenes del Señor Atado a la Columna, el Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, por lo que solían salir el Viernes Santo con las tres imágenes.

Es aquí donde se comienza a dar otro cariz a la cofradía, puesto que además de incluir esta imagen de Jesús Yacente, la cofradía comienza a vestir completamente de negro para adecuar su formación al día de la Semana Santa y al cortejo en el que ya aparece la urna. Por lo tanto, la Hermandad procesiona en esos momentos con una imagen más austera y más propia del Santo Entierro, que de la Vera-Cruz, a pesar de que se mantienen los elementos tradicionales del estandarte de la hermandad con elementos de color verde o la bandera de la Seña (Color negro y cruz en Grana).

Concretamente, se habla de que los hermanos que acompañen al paso del Santo Sepulcro y de Nuestra Señora de los Dolores, deben llevar túnica negra, con botonadura y ribetes morados, capa negra con el escudo de la hermandad y capirote negro. Además, se especifíca por otro lado, que los hermanos que acompañen al paso del Señor de la Columna, deben de ir con Túnica blanca con ribetes y botones morados, y capirote y capa negros, con el escudo de la hermandad.

Continúa la primera mitad del siglo XX con cambios de días en la salida de la Cofradía, unas veces como dejimos anteriormente, salían el Viernes Santo las tres imágenes, otros años se cambia y la cofradía se divide entre el Jueves Santo (Señor de la Columna y Virgen de los Dolores) y Viernes Santo (Santo Sepulcro y Virgen de los Dolores).

Pero, no será hasta el año 1956 cuando, mediante la modificación de las Normas Diocesanas llegadas desde Sevilla, se crea la jornada de Sábado Santo como día penitencial y en nuestra hermandad se dividan de nuevo las cofradías a la hora de realizar estación de penitencia, al igual que hoy día. La Vera+Cruz saldría el Jueves Santo con la imagen de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna y Nuestra Señora de los Dolores, y el Sábado Santo, con la imagen de Jesús Yacente y Nuestra Señora de los Dolores de Luto, saliendo en los primeros años sin palio. En el siguiente año (1957) se establecería las salidas en Viernes Santo y Sábado Santo.

En conclusión, la denominación de Santo Entierro, creemos que para la hermandad de la Vera-Cruz, vino motivada por ese cambio de imagen en la calle no sólo pasando a salir el Viernes Santo con el Santo Sepulcro y la Virgen de los Dolores, en un día mucho más austero y marcado por la muerte de Cristo, sino además por el cambio en el hábito penitencial que hicieron ver al pueblo que la hermandad tomaba elementos del Santo Entierro que antes de la fusión no tenía. Además, es por esto que se comenzó a denominar a los hermanos “los negros” precisamente por el hábito penitencial.

   Hoy, esa tendencia popular está cambiando, sobre todo, en los sectores más jóvenes que no conocen esta historia, pero por ello, sirvan estos breves apuntes históricos para el conocimiento y divulgación que merecen.